Revista Regatas

En su tercera final consecutiva, La Cheche no fue vencida y es el tricampeón de la categoría H. Triunfó por 1 a 0 ante La 998.

Cronista: Pedro Fassi

27/11/2022



Este domingo de definiciones a las 12 y a pleno sol, se disputó la final de la categoría H. De un lado teníamos a La Cheche, que buscaba su tercer campeonato al hilo y a La 998, que quería terminar con esa racha.

Como era de esperarse, el encuentro fue muy disputado desde arranque y ninguno de los equipos sacaba diferencias. Los primeros minutos se jugaron en la mitad de La Cheche, que se defendía bien y estaba lista para salir de contragolpe. Esta estrategia trajo sus frutos, ya que en una transición rápida Agustín Grunwaldt se la filtró a Tomas Grunwaldt para que este defina con categoría en el mano a mano, poniendo el 1 a 0. A pesar del gol, La 998 no bajó los brazos y comenzó a buscar el empate, siempre con el control de la pelota y buscándolo a su delantero José Dalbosco. Para el final de los primeros 25 no hubo alteraciones en el parcial resultado.



La Cheche duplicó las apuestas con su estilo de juego en la segunda mitad, se veía un equipo bien replegado y listo para salir a dar el golpe que sentencie el partido. La redonda la manejaba su rival, que salía muy bien desde abajo, pero no lograba generar chances claras de convertir. La impotencia del equipo que perdía, sumada a  la polémica y las quejas hacia el arbitro que se escuchaban desde afuera y adentro del terreno de juego, hicieron que el partido entrara en un bache, que parecía ser lo mejor para La Cheche. Sobre el final casi nos llevamos una sorpresa, infartante para los de La Cheche, pero Andrés Gutiérrez se convirtió en héroe y atajó un penal concedido por uno de sus compañeros, dándole el título a su equipo.

Sonó el silbato y comenzaron los gritos “Dale campeoooon, dale campeooonn”, La Cheche concretó la hazaña y se convirtió en campeona otra vez.

Figura: Andrés Gutiérrez porque, como arquero, fue llamado a actuar una vez y respondió, de manera extraordinaria, salvando a su equipo y dándole, no solo un partido, sino la copa.